Superar una infidelidad y olvidar al ex-amante de tu cónyuge.

Puede ser una de las imágenes más repetitivas en tu mente, la cara de tu enemigo, acompañada de sentimientos de odio, muerte, destrucción de su vida, venganza y rabia.

Para superar una infidelidad y poder perdonar a tu cónyuge, es clave en este proceso desarraigar de tu mente todos estos malos sentimientos, y borrar de tus recuerdos a quién en definitiva no merece ni siquiera ocupar un espacio psicológico en una sola neurona de tu cerebro.

Estamos hablándole aquí, a personas que intentan perdonar y superar una infidelidad, a gente que tiene una elevada capacidad moral y sienten un genuino amor por su pareja. Si tú de verdad sólo quieres ocasionarle un daño real al amante o a tu pareja o ya lo hiciste, esto no es para ti.

Las emociones nos dominan, en casos como estos el odio y deseos de destrucción son fuertes, tal vez no tengas ese problema porque tu desarrollo moral es elevado, sin embargo no puedes sacar de tu mente la imagen de esa persona. O tal vez estás esperando la oportunidad para que el sujeto se te cruce por delante y arrancarle los ojos.

La situación de perdonar a tu cónyuge, implica una sanidad mental en diferentes áreas, y esta es una de esas. No podrás lograr el perdón el olvido ni superar una infidelidad sino te sacas de la mente los sentimientos y malos deseos hacia la persona que tú consideras culpable de tu desgracia.

Lo primero que hay que establecer, es que tu esposo(a) es igualmente culpable que su ex – amante, no importa quien sedujo a quien, tampoco importa quien empezó. La infidelidad es todo un proceso que implica una cuota similar de responsabilidad para ambos, porque si de algo estamos seguros, no fue una violación.

Cuando en nuestra mente existen dos ideas, emociones o creencias que son opuestas, contrarias o incompatibles, se produce un fenómeno que se llama “disonancia cognitiva”. Según sea la importancia de estas ideas o emociones opuestas, se producirá una tensión interna, acompañada de confusión, desorientación, indecisión, inseguridad, incomodidad e inestabilidad emocional, llevándonos a funcionar mal en muchos aspectos de la vida diaria, pero principalmente en aquellas situaciones relacionadas con esas emociones o pensamientos que son incompatibles.

Una persona puede llegar a encontrar justificaciones para que estas ideas opuestas “convivan” juntas en su mente, no obstante, igualmente se producirán las consecuencias que ya mencionamos y con un resultado mucho peor. Por ejemplo: Las personas que fuman, saben que eso les puede quitar años de vida, pero ellos quieren vivir lo más que puedan, estas dos ideas incompatibles generan culpabilidad e inseguridad en la vida del sujeto, este finalmente justificará su accionar diciendo “de algo hay que morir”, pero esa justificación no alejará la culpabilidad ni la inseguridad de su vida.

En nuestro tema, el mejor ejemplo de disonancia cognitiva es lo que ocurre con la persona que es infiel, este ama a su cónyuge y sabe que no debe serle infiel porque eso significa no amarlo o dañarlo y sin embargo de todas formas lo hace, ya que logra justificar de alguna forma estas emociones contrarias. Después de la infidelidad, la disonancia cognitiva empeora y ya sabemos todo lo que siente quién ha sido infiel, tiene una lucha interna que comienza a desintegrarlo por dentro, y aunque trata de justificarse cada vez se siente peor. Su lucha interna es tan grande, que se desespera buscando argumentos que justifiquen su accionar, finalmente cuando la desintegración interna es tan profunda y ya no puede más (porque la culpabilidad se lo está comiendo por dentro), opta por confesar su delito.

Una disonancia cognitiva como llevar a cabo una infidelidad, no sólo abarca su esfera matrimonial, sino que afecta toda la vida del sujeto, rendirá menos en el trabajo, se sentirá incómodo con sus amistades, hasta tendrá reacciones psicosomáticas como dolores de cabeza o de estómago frecuentes. Buscará además otras vías de escape y liberación, si no fuma comenzará a fumar o a beber más de la cuenta. Lo peor de todo esto, es que la persona en plena disonancia cognitiva, tomará malas decisiones para todo ámbito de cosas, para su trabajo, para su familia y para su vida.

Si entendiste bien lo que explicamos arriba, entonces no tendrás problemas de entender esto: Si has decidido perdonar a tu pareja, esto es incompatible con condenar al ex – amante, ya que ambas ideas, perdón y condenación son opuestas, debido a que sabemos que la culpa y la responsabilidad es de ambos infieles por igual.

En definitiva, no puedes sentir amor por tu pareja y odio por la otra persona en circunstancias que ambos fueron cómplices del mismo delito. Puedes intentar justificar por ejemplo a tu esposa con miles de argumentos: Que el otro la sedujo, que el otro es un degenerado y cosas así, pero internamente tu mente siempre sabrá que estas ideas son mentiras que te inventas para justificar a tu cónyuge, ya que coexiste en tu juicio, la condenación de otra persona que es igualmente culpable y  tu cerebro no entiende porque justificas a uno y condenas al otro. Por lo tanto, no pasará mucho tiempo, en que esta disonancia cognitiva comience a pasarte la cuenta con los síntomas que ya vimos antes, y finalmente, no podrás nunca superar la infidelidad, nunca podrás perdonar y con eso puedes imaginarte la cantidad de consecuencias que se derivan para tu matrimonio y tu familia, sin considerar además, la cantidad de malas decisiones que tomarás para ellos y para ti mismo.

Me quedó perfectamente claro, pero ¿qué hago entonces?

Primero: No justifiques a tu cónyuge, puede dolerte o no lo que te voy a decir, pero nada, absolutamente nada puede justificar una infidelidad. Hay explicaciones que nos permiten entender, (muchas de ellas están en nuestros artículos), hay motivos y razones, pero no hay ninguna justificación que exonere de culpa o de responsabilidad al infiel. Para perdonar o superar una infidelidad no necesitas justificar, sólo necesitas amar y tener la capacidad de comprender la debilidad y fragilidad del ser humano, que cuando abunda en soberbia es como un mono con una navaja, estúpido y peligroso.

Segundo: Así como hay películas hermosas que valen la pena recordar, hay películas muy malas que ni siquiera te das la molestia de comentar. Esa persona, en tu vida, sólo es una mala película, créeme que no vale la pena desgatarte por ella, ni tus emociones, ni tus pensamientos, ni mucho menos tus acciones.

Tercero: Piensa en esto, tu eres una clase de persona y el o ella es de otro tipo de personas, no es como tú, no te rebajes a ninguna acción y no pierdas el tiempo con gente que no tiene cabida en tu espacio psicológico, no dejes que eso te moleste. Con tu cónyuge es diferente pues existe amor.

Cuarto: Volvamos al ejemplo del “mono con navaja”. Ya sea que te acerques físicamente a esa persona o que lo hagas en tu mente, sólo tú vas a salir lastimado, recibirás heridas que te costará cicatrizar, aléjate física y psicológicamente como si se tratase del mono.

Quinto: Enfoca tus esfuerzos hacia tu propia restauración emocional, hacia tu matrimonio y familia, no pierdas el tiempo, porque tratándose de este tipo de problemas, cada paso que das hacia superar una infidelidad cuesta mucho trabajo.

Sexto: Colócate por sobre la situación, si por algún motivo tu cónyuge sospecha que albergas sentimientos de odio o rencor contra la otra persona, te subestimará, por el contrario, si eres absolutamente indiferente sobre el tema te sobreestimará y te admirará, pero para que esto funcione, tus emociones neutras al respecto deben ser reales, si lo simulas, se notará.

Séptimo: Si conoces a la persona en cuestión, ignórala y mantén una actitud como hacia quién no conoces. Si nunca la has visto, no intentes por ningún motivo conocerla, “el que busca, mucho encuentra…”

Esperamos haberte ayudado, por favor deja un comentario y cuéntanos cual ha sido la principal dificultad al momento de intentar olvidar o de pensar en esa otra persona. Nosotros estaremos personalmente dando respuesta a tus comentarios y preguntas.

Gracias

GALT Psicología.

 

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